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martes, 27 de septiembre de 2016

La expansión sombría del imperialismo norteamericano empieza con Abjasia

La opinión pública de los países europeos se ha endurecido y, en cierta medida, se ha introducido con éxito la imagen de Rusia como la de un país agresor. A la luz de los eventos acaecidos en el espacio postsoviético, los medios de comunicación europeos consideran de “buena forma” la retórica antirusa. Al mismo tiempo, se suelen mostrar reacios a aplicar a los hechos el trabajo de periodistas, politólogos, analistas que literalmente se “chupan” el dedo con especulaciones acerca de las “ambiciones imperiales rusas” aprovechando el delicado tema de las relaciones entre los pueblos de la vieja URSS.

Grupos etnolingüísticos del Cáucaso
En 2008 se lanzó una campaña de propaganda acerca de la supuesta agresión rusa a la joven democracia georgiana “para anexar sus ancestrales territorios”. Aquellos que pretenden ser los líderes de pensamiento del público europeo, identificaban públicamente su credo civil y político – siendo éste capaz de suministrar la información más objetiva y completa, para así evitar meterse en problemas y mantener este hábito como una cualidad profesional sin enredarse en conseguir el conocimiento histórico básico para comprender la actual situación. En tres meses, se ha discutido en varios medios sobre la hostilidad rusa a la democracia y a la independencia, y esto a pesar de que cada autor ha desplegado cualidades asombrosas a la hora de escribir de forma apologética sobre la supuesta “política de ocupación rusa” en reportajes, análisis y otros soportes, que no son más que citas de resúmenes de agresivos medios sensacionalistas georgianos sobre “la naturaleza imperial del Estado ruso y, por lo tanto, inmutable y secular en el compromiso de una política exterior violenta”, completamente ausentes de cualquier intento de análisis coherentes. Pues bien, los fundamentos de la divulgación de la Ciencia Política y de la Historia están en blanco para el propósito que nos ocupa y para cualquier conflicto hemos de comprender las tensiones que lo causaron, las motivaciones de los participantes y el trasfondo político nacional e internacional.

Pero todo tiene sus razones. La instalación emotiva de la mentalidad de los “buscadores de la verdad” occidentales – defensores de la verdadera democracia, simplemente no nos permiten cambiar nuestra historia reciente. Bien, con ideas reales no contenidas en objetivos que les son asignados por sus superiores para pasar por alto los motivos reales de las partes contendientes. De otra forma, tras estos, argumentos tan cuidadosamente compilados se hundirían por su propio peso las verdades de estos guerreros de la justicia social occidentales. 

La situación en Georgia a día de hoy. Los Presidentes están desactualizados.
Y en los terrenos que son objeto de nuestro análisis se han acumulado por muchos años las historias de los pueblos de Abjasia y Osetia del Sur que estaban sujetos a las amenazas y la opresión de las autoridades georgianas por periodos diferentes de tiempo, sin ser ésta la causa única del deseo de anexión a Rusia. Todas estas causas trataban sobre los sucesos que acontecieron hace una década en las oficinas del Gobierno en Tiflis como parte de un plan recalcitrante de deportación y sustitución étnica de la población para eliminar el malestar civil. Los mandatarios de Georgia han intentado presentar a su nación, durante todos y cada uno de los años precedentes, como una isla de la civilización cristiana europea, erguida en nombre de los principios de la verdadera democracia liberal y luchando, al mismo tiempo; contra sus propias características remanentes del clan de naciones caucasianas a diferencia de sus hermanas, librándose así de parte de la anquilosada vieja élite oligárquica. El país, entonces y ahora repite asiduamente que su joven pueblo independiente y susceptible lo es gracias a los viejos Príncipes georgianos que para más inri iniciaron la labor “que retoman tras el control comunista” de civilizar a los “salvajes” pueblos de las montañas del Cáucaso (los osetios y los abjasios – Nota del Traductor) embarcándolos en el sendero de la adopción del desarrollo de la civilizada cultura georgiana y forzándolos a salir de sus cloacas medievales. De acuerdo a las nociones (erróneas, lógicamente) de la comunidad de historiadores georgianos, los osetios y los abjasios ni siquiera llegaron a disponer de los elementos más rudimentarios de la existencia del Estado como justicia o educación, “justificando” de esta manera basada en tesis falaces y racistas su actual labor colonizadora. Los nuevos argumentos, madurados en parte, por los ya mencionados historiadores; es que el Imperio Ruso tras tres siglos de ocupación y política de colonización (Georgia, Abjasia y Osetia entran en Rusia en el siglo XVIII – Nota del Traductor) persiguiendo cruelmente a la aristocracia y a la clase intelectual del país (A pesar de que es conocido por todos el papel que jugó para la nación rusa y para su patria el gran general Príncipe de Bagration que, junto a otros militares georgianos, se convirtió famoso durante las guerras napoleónicas) pueden ser refutados a manos del estudiante medio de Historia, o hasta de un escolar, sin necesitar evaluar por mucho tiempo estas mentiras demenciales. Pero si vamos a repasar archivos e historiadores podemos prestar atención a que la procedencia étnica de la élite nobiliaria y real de Georgia provenía de los pueblos osetio y abjasio, esto da lugar a una imagen desoladora y deprimente para los ultranacionalistas georgianos. Desde el siglo XVIII, desde la anexión forzada de Osetia del Sur y de Abjasia en Georgia, se ha llevado a cabo la política asimiladora de la población local, la “georgización” – perseguida hasta con el cambio de la nómina de asentamientos, ciudades, nombres de personalidades, etc. Incluso se llegó a la prohibición de la lengua y la cultura nativa de estos pueblos, junto al establecimiento de dobles estándares en las esferas social y económica de la vida en estos territorios, esto les ha dejado un paso atrás en desarrollo que ha permitido a Georgia crecer a su costa – cualquier defensor moderno de los Derechos Humanos llamaría a esto “discriminación combinada con violencia étnica”.

Mapa ilustrativo sobre las culturas, naciones y etnias del Cáucaso con reseñas históricas y territorios independentistas.
En otras palabras, la misma Georgia, ha hecho el papel de colonizador interno con respecto a los abjasios y a los osetios explotando sin piedad sus recursos naturales, ocupando las mejores porciones de su tierra y complaciendo a la élite georgiana con regulaciones para proscribir las culturas autóctonas. Los abjasios y los osetios han estado largo tiempo alejados de los compatriotas georgianos, no se les ha proveído la atención social y cultural adecuada. La única manera de acabar con el suplicio, era “romper” con tu gente, tus raíces, tu cultura y tu identidad; haciéndose así un georgiano más.

Mapa de la Guerra de Osetia del Sur de 2008

Tras un desarrollo orgánico de los países caucásicos en igualdad y armonía durante la era socialista, con el colapso de la URSS; llega el régimen ultranacionalista de Zviad Gamsakhurdia. La intelectualidad georgiana juntos a la nueva casta política empiezan con una privación de los derechos y de la soberanía que los osetios y los abjasios tuvieron como Repúblicas Socialistas Autónomas. En Abjasia, la Guerra Civil, encabezada por viejos militares georgianos se saldó con acciones de crueldad inusitada para doblegar a la población local. Igualmente sucedió en Osetia del Sur, donde se dieron los grandes embates entre tropas regulares y grupos paramilitares rebeldes. Con bombardeos nocturnos en la ciudad de Tskhinvali. La guerra se saldó con decenas de miles de muertos en la región, una de cada tres personas pereció en el conflicto y las antes florecientes poblaciones fueron reducidas a escombreras. A pesar de no preponderar en soldadesca, equipamiento militar y sin olvidar mencionar el apoyo de la belicista OTAN y sus estructuras internacionales a Georgia, los pueblos valientes e irredentos de Abjasia y Osetia del Sur se las arreglaron para expulsar al invasor de sus tierras nativas. Estos pueblos establecieron sendas milicias y grupos armados para defender a sus familias y hogares.

El Cáucaso durante el periodo soviético
Hablamos y defendemos de forma consistente y lógica el derecho de las gentes trabajadoras y patriotas de Abjasia y Osetia del Sur en la vía del desarrollo, la autodeterminación y la plena libertad; en este caso la nación rusa que siempre ha mantenido una entrañable hermandad para con estos pueblos sólo cumple su función histórica de misión humanitaria para prevenir el genocidio. Nunca, mientras estábamos en los momentos posteriores a la victoria de Abjasia y Osetia se ha oído hablar de la anexión a Rusia. Ni a los rusos, que se mantuvieron silenciosos frente a la oleada propagandística occidental, ni a los abjasios y osetios sureños, interesados en estos menesteres. La posición rusa se debe resumir en mantenerse en perfil bajo para asegurar un desarrollo favorable de los hechos que permita mantener la solidaridad internacional entre los pueblos y arreglar las rencillas entre las naciones. Pero en la situación actual, con unas “Fuerzas Armadas” georgianas radicalizadas e instigadas por su estudio de la política exterior estadounidense, que pretenden nada más y nada menos que el ataque y la provocación para hacer de Abjasia y Osetia tierra quemada que colonizar; Rusia, el país vecino poderoso no puede intervenir por las necias políticas putlerianas y, en cambio, teme alterar el equilibrio defendiendo a naciones hermanas y a poblaciones civiles expuestas a la agresión bárbara georgiana.

Mapa de la pequeña República de Abjasia con sus principales ciudades destacadas.
La situación en Abjasia, donde ahora la autoproclamada “oposición liberal”, generosamente financiada desde “fundaciones y centros de pensamiento demócratas y globalistas” asociados con las estructuras de espionaje y subversión de la OTAN, es una continuación más de la mezquina agresión contra estas gentes de Abjasia y Osetia del Sur. Obviamente, esta oposición está la posición de títeres de los poderes fácticos internacionales con un doble objetivo:

1-      Revanchista: destruir la pacífica y fructífera cooperación con Rusia, que durante tanto tiempo les ha servido de garante de la paz para hacer a Abjasia débil e indefensa frente a la próxima agresión militar gracias al caos que provocarán.

2-      Geopolíticos: otorgar a EEUU un generoso regalo, el sueño de disponer de su superioridad militar en la misma frontera del territorio ruso, bases navales fortificadas incluidas. Este intento norteamericano tan bien planificado de expandir por el Sur del Cáucaso golpes de Estado, a través de una vasta red de organizaciones sociales fraudulentas financiadas por los Departamentos de Inteligencia (podemos destacar USAID, NED, International Alert) en las repúblicas del Cáucaso a modo de opositores y disidentes con claras miras de desestabilización y destrucción de regímenes políticos legítimos.
El público europeo debe comprender que el “juego político”, llamado en los círculos influyentes y oficiales “preservación de la integridad territorial de Georgia” y “protección de la democracia Georgiana en Abjasia” no tiene nada que ver con los verdaderos valores de libertad, democracia y respeto de una nación para con la otra. Europa se arriesga de nuevo a ser cómplice de Estados Unidos en otro conflicto sangriento desencadenado por los generales y altos cargos del Pentágono con el objetivo demencial de mantener la dominación global en un mundo tendente a la multipolaridad.
Ahora que las naciones europeas tienen que cosechar los frutos amargos del predominio de Bruselas como maestro y director de la política internacional bajo el vector estadounidense con las demenciales políticas norteamericanas de “democratización” del mundo árabe con inmensas oleadas inmigrantes musulmanes que a priori no se pueden integrar en la vida y la cultura europeas, forzando la creación de enclaves violentos en las ciudades, con terrorismo y violencias fronterizas quizás reconsideren aceptar el mismo “regalo” que los estadounidenses intentan darles en el volátil espacio postsoviético.

Alena Ageeva, coordinadora del equipo de acción social creativa “South East Star”.

Traducido al español por Jesús Adrián Martínez (@FullChus), militante de UJCE.

jueves, 15 de septiembre de 2016

Katassonov: "las tasas de interés negativas, el camino hacia un paraíso sin dinero metálico"

El profesor de Finanzas Internacionales, Valentin Katassonov en la TV rusa.

Pregunta del editor: Recientemente en el Wall Street Journal volvió a resonar con fuerza el tema de las tasas de interés negativas en Europa, ¿señor Katassonov, estamos en una nueva fase de esta historia?

Katassonov: el tema de las tasas de interés negativo parece antiguo, pero constantemente surgen nuevas historias relacionadas con él.

La cronología de estos hechos es la que sigue: en primer lugar, tras la crisis financiera de 2007-2009; los Bancos Centrales de Dinamarca y Suecia introducen tasas de interés negativas sobre los depósitos, a continuación se les unen los bancos centrales de la UE, Japón, Suiza… Desde febrero en los Estados Unidos surge un potente debate sobre si la Reserva Federal debería pasar a las tasas de interés negativas en los depósitos.

Pero entonces resulta que el proceso ha ido más lejos aún: las tasas negativas de interés tienen efecto sobre las operaciones activas de los Bancos Centrales – las llamadas “tasas de interés base”. Al menos, las tasas negativas base ya habían sido introducidas, como señalé antes, en Suecia y Dinamarca.

Ésta es una nueva fase. Las tasas de interés negativas capturan al sector bancario privado: cierto número de bancos comerciales alemanes y suizos introducen tasas de interés negativas en los depósitos.

La siguiente fase es el surgimiento de una gran cantidad de valores distintos de acciones con un rendimiento negativo. Según ciertos datos que manejo, en Europa hoy día, una cuarta parte de los títulos de deuda y demás valores de renta fija privada y pública negociados en el mercado tienen un rendimiento negativo.

Y finalmente, la noticia publicada por el Wall Street Journal relativa a Dinamarca. Ha trascendido que ciertos clientes de servicios bancarios y crediticios que recibieron hipotecas no pagaban más a los bancos. Es más, los bancos están pagando a los clientes. Hay una tasa de interés negativa en los préstamos hipotecarios. Hay, en estos momentos, bastantes casos similares al descrito aquí.

Después de todo esto es un teatro de lo absurdo, surrealismo. Durante varios siglos hemos asistido a la formación del modelo que llamamos “capitalismo”, y su pináculo como modelo económico es el interés de los préstamos. Ahora es exactamente al contrario. Incluso los banqueros y los economistas más eminentes están perdidos y no son capaces de comprender este fenómeno. Mientras tanto, Marx a mediados del siglo XIX y los marxistas posteriores en la URSS y otros países del bloque ya hablábamos de que la tendencia de la tasa de beneficio (y por consiguiente, la de interés – Nota del Traductor) es a caer. Aunque Marx sabía a ciencia cierta que la tasa de interés a largo plazo tendería a cero; ninguno de nosotros, ni siquiera él mismo, imaginamos una realidad en la que ésta fuera negativa.

Otra anécdota interesante a este respecto: en enero un famoso foro tomó lugar en Davos (Katassonov aquí se refiere al Foro Económico Mundial o WEF que se celebra anualmente en el Monte Davos, Suiza – Nota del Traductor), se celebraron muchísimas reuniones a puerta cerrada por éste y otros temas. Recientemente, han llegado reportes sobre qué se discutió con tanto secretismo, en especial; el tópico que aquí nos ocupa, las tasas de interés negativas. De manera totalmente sorprendente, a la mayoría de participantes de dichos debates les dio igual “continuar bajo el agua” (poner tasas de interés menores a cero). Pero la cuestión era cómo hacerlo para los bancos comerciales y sus clientes. Así, en paralelo, era necesario resolver la abolición del dinero metálico en billetes y monedas que quizá sea llevada a cabo en los próximos años.

Los europeos ya empiezan a comprender qué está sucediendo en el mundo de las finanzas. Los pensionistas, por ejemplo, están empezando a protestar contra ello – pero no sólo y no tanto por el inconveniente de utilizar tarjetas de plástico como dinero, sino porque empezaron a darse cuenta de que sus fondos de pensiones pueden “expirar”. Y éste, es sólo uno de los varios ejemplos de los que dispongo para ilustrar la cuestión – después de todo, los inversores institucionales trabajan con títulos de deuda de renta fija, particularmente de corte público y a nivel estatal. Si hoy un cuarto de dichos títulos respaldados en deuda se volvieran “negativos” en Europa, ¿cómo iban a operar los fondos de la seguridad social, de pensiones o las compañías privadas de seguros? En resumen, toda la arquitectura financiera sistémica va a tender inexorablemente a resquebrajarse a través de un deterioro lento y constante. El capital empezará a fundirse y pronto sólo quedará para las pensiones un charco de agua sucia.

En general, hay muchas consecuencias, y Europa empieza a ser consciente, a pensar y a resistir. Debo decir que a día de hoy en Rusia existen intentonas de convertirnos en un paraíso sin dinero metálico, hay grupos de presión liberastas (forma rusa de referirse despectivamente a los liberales – Nota del Traductor). Pero aun así entre la vieja escuela socialista soviética (y no somos pocos precisamente) hay un movimiento de resistencia frente a este proceso destructivo.

Pero por suerte, y gracias a las características propias de la gran patria Rusia podemos pensar que aunque este proyecto tenga respaldo político tardará años pues por el tamaño del país es muy dificultoso adaptarlo a un paraíso sin dinero metálico. Haría falta multitud de caro equipamiento en cada ciudad, pueblo y aldea, personal cualificado para ello y demás.

Por una vez tras la Gran Guerra Patria, los rusos podemos estar contentos con el viejo lema “las malas carreteras salvaron a Rusia”. Pero ahora, Dios mediante, la falta de base técnica necesaria será la que salve a Rusia del paraíso burgués sin dinero metálico.

Valentin Katassonov es miembro de la Sociedad Económica Rusa, editor en jefe del periódico económico “Nuestros Negocios” y profesor de Finanzas Internacionales en la Universidad MGIMO.

Traducido originalmente al inglés por Kristina Kharlova. Traducción al español por Jesús Adrián Martínez (@Fullchus).

domingo, 11 de septiembre de 2016

Comunicado del MSRR sobre la situación de la mujer en la Rusia Capitalista

La crisis que ha afectado al conjunto de la sociedad rusa, se deja ver, sobre todo, en la situación de las mujeres. Es principalmente contra la mujer trabajadora a quien se dirige las polémicas medidas de “optimización” del Gobierno en el sector público, las prestaciones sociales y las pensiones.



De acuerdo con la Organización Laboral del Trabajo, las mujeres rusas ganan en promedio un 30 % menos que los hombres y casi siempre les quedan vedados los altos cargos y las profesiones más prestigiosas a través de políticas laborales discriminatorias. En términos de desigualdad salarial, la Federación Rusa ocupa el lugar nº 53 de entre 145 países estudiados. La subida de precios, los despidos, la negativa de los capitalistas y del sector público a indexar e igualar los salarios sin discriminación alguna o incluso su mismo pago; junto con el trabajo doméstico no remunerado (una carga adicional en los hombros de la mujer trabajadora), por lo que al ser doblemente explotada es la categoría más vulnerable de la clase obrera nacional.



A pesar del hecho de que la legislación laboral prevé algunas garantías para las madres trabajadoras en la teoría, en la práctica las mujeres suelen ser las primeras en caer en el desempleo forzoso del Capitalismo. De acuerdo con los actuales datos del servicio de empleo el número de mujeres en situación de desempleo es del 52 % en Niznhy Novgorod, 55 % en Tverskaya, Togliatti, 54 %; y Kazán, 60 %. Aunque hemos de tener en cuenta el dato de que debido a la burocracia ineficiente y a las escasas ayudas del desempleo estamos pasando por alto toda la economía sumergida.



En este contexto, el Gobierno está preparando un nuevo conjunto de medidas “anticrisis”, para reducir el gasto presupuestario y aumentar la recaudación fiscal, aunque lógicamente no a expensas de la burguesía oligarca; sino a costa de los sectores de la educación y la salud (de los cuales el 85 % y el 79 % son, respectivamente, mujeres) y de las pensiones (1563 mujeres por cada 1000 hombres en la actualidad). La actualización de las pensiones se hará a un ridículo 4 % mientras la inflación está un 7’7 % para este año 2016. En los años 2016-2019 se producirá una reducción del poder adquisitivo para las y los beneficiarios de pensiones públicas del 10 %. Es más podrían acabar “congeladas” y dejar de añadir una parte incremental a la paz de aumentar la edad de jubilación, ambas ideas de buen gusto para los nuevos “liberales progresistas” que aconsejan a Putin.



Los Planes de Desarrollo Económico gubernamentales, con el apoyo de estos economistas, claman por negarse a actualizar los salarios de los empleados públicos. Esto llevaría a una reducción en el poder adquisitivo del 5 % anual con los ya mencionados datos de inflación esperados en 2016-2019. Según noticias del diario económico “Vedomosti” gracias a los decretos de mayo de este año el Presidente Putin reducirá un 12 % el salario medio en la economía real. Algo totalmente destructivo para la mujer con salarios, que como ya señalemos previamente, son siempre menores.



La política del Gobierno no es solamente antisocial, encima es específicamente misógina. Son las mujeres las más interesadas en cambios socioeconómicos. Pueden y deben convertirse en un destacamento avanzado en la lucha de clases si vuelven a ser ideologizadas a través de organizaciones feministas aliadas.  No resulta soprendente pues, que el Estado persigue mantener a las mujeres con la mente imbuida en el oscurantismo, en un pequeño mundo reducido a la familia, la iglesia y la cocina. Es este el objetivo del manido discurso putinista del “destino femenino”. En este cometido se observan los efectos de dificultar los accesos a los anticonceptivos y el aborto (garantizados en la vieja URSS como garantías públicas a la mujer – Nota del Traductor), la cuasi legalización de la violencia machista mediante leyes laxas y una actitud policial ante este fenómeno que crece cada vez más desde el fin de la URSS y la permisividad con depravaciones propias de radicalismos religiosos medievales como la actual administración de Magomed Daudov legalizando la poligamia, práctica desterrada en Rusia desde el proceso secularizador y ateizante de Stalin.



Así, como resultado tenemos una violencia machista desatada y socialmente tolerada, los embarazos no deseados y los abortos insalubres y la expansión de enfermedades antes inexistentes como el SIDA y la sífilis.



El Movimiento Socialista de Rusia se pone en pie por la liberación de la sociedad rusa del poder de la oligarquía burguesa, que llevó el país de vuelta a la tiranía Yeltsin-Putler y al desastre económico. Luchamos por proteger y desarrollar nuestra industria, la educación, la sanidad y las pensiones a través de la eliminación sistemática de los parásitos capitalistas, la eliminación de la monarquía presidencial putleriana y el establecimiento de una república socialista soviética. Hemos de nacionalizar la banca, las grandes empresas, los monopolios y los recursos naturales de la nación para ponerlos al servicio del pueblo trabajador, si y sólo si hacemos esto podremos evitar el colapso social al que nos dirigen nuestros líderes. Lógicamente esto será un proceso largo y duro de revolución, pues las clases acomodadas no renunciarán a su privilegio.  Como se deriva de aquí, reestableceremos los mismo derechos y deberes avanzados que en la URSS tenía la mujer trabajadora para estar en justa igualdad de condiciones con el hombre.

Como nos enseñaron los grandes revolucionarios de 1917, la revolución es impensable sin la mayoría del pueblo, esto es, trabajadores, campesinos y empleados. Es fatal intentar construir el socialismo sin el apoyo de la mujer, ignorar sus intereses y su capacidad como sujeto revolucionario es hacer caso omiso de las enseñanzas del socialismo e ir contra el interés de clase de la mayoría. El sexismo y el patriarcado actúan junto con el resto de la superestructura del Liberalismo culturalmente hegemónico para oprimir y dañar a las mujeres. Cualquiera que se declare socialista y revolucionario y tenga la reaccionaria idea de “el lugar de la mujer es su hogar” es un traidor a su clase, a la emancipación de la humanidad y a su propia patria.



El lugar de la mujer, es, fue y será: la vanguardia del movimiento por el socialismo, la patria y la libertad.


Por Isabel Magkoeva, feminista, deportista, intelectual y socialista revolucionaria rusa.
Traducido por Jesús Adrián Martínez (@FullChus) 

jueves, 8 de septiembre de 2016

El modelo económico estalinista



Hay una idea errónea relativa al modelo económico estalinista, y es que se cree que éste no era de mercado. Esta idea errónea proviene de círculos marxistas de corte izquierdista que consideran de forma fatal que el socialismo es un sistema “especial”, ajeno a las leyes económicas elementales del mercado. Como se vería después de la destrucción del modelo estalinista (mediante el hundimiento del sector cooperativo y el sabotaje contra el sistema de asignación de precios del plan, léanse reformas de Kosygin y Liebermann – Nota del Traductor) por parte de grupos kruchevistas, es imposible eludir la ley de la oferta y la demanda. Luego, en los años 90’s, la economía rusa se precipita hacía el extremo opuesto, Yeltsin y su camarilla empiezan la construcción de una “economía de libre mercado” con apoyo técnico e ideológico de diversos personajes liberales extranjeros y nacionales. Esta práctica errónea fue resultado de la propagación del falaz dogma liberal de la “ineficiencia del sector público”. Lo más probable es que este pernicioso pensamiento nazca en el economista austríaco L. Von Mises, que consideraba la economía como un sistema de intercambio de información sobre los precios. Pero la producción de cualquier cosa bajo un plan (sea éste de corte socialista o no – Nota del Traductor) no significa la supresión del precio (lo más correcto sería hablar de una reducción futura de los costes, el crecimiento futuro o para minimizar los costes futuros sobre los actuales mediante economías de escala), del producto producido o del intercambio de información, esto es, “mercado”, en el sentido de Mises. Lo más importante que podía hacer la economía estalinista, en las consideraciones de Mises, era comprobar el valor real (valor-trabajo con modelos de asignación eficiente de recursos Koopmans-Kantoróvich y ecuaciones del valor-trabajo de Marx y Shaik – Nota del Traductor), asignar precios e intercambiar información sobre ellos. Este modelo fue tan eficiente que permitió satisfacer la demanda interna de armas, artillería, blindados y aviones para que la Unión Soviética saliera victoriosa de la Segunda Guerra Mundial. El modelo Stalin puede contrarrestar los fallos del mercado derivados de la competencia destructiva, del monopolismo y de la financierización que distorsionan los precios y crisis económicas con sus brutales efectos para las clases trabajadoras y campesinas.

Estos argumentos también podrían llevar también a la acertada conclusión de la imposibilidad del comunismo utópico como un estado de la sociedad en el que todos los recursos son libres y gratuitos, pues todo bien tiene incluidos unos costes de producción en capital fijo y circulante como mostró Marx en “El Capital”. Necesitamos conocer esta información, así como difundirla para facilitar que las empresas se enfoquen hacia los puntos más eficientes y rentables de la frontera de posibilidades de producción (recta que marca las diferentes combinaciones de producción con unos insumos determinados – Nota del Traductor) y de la frontera de posibilidades de consumo (ídem, pero para el consumo; como su nombre indica – Nota del Traductor)  El modelo económico estalinista es fácilmente explicable a través de la teoría económica moderna (ortodoxia neoclásico-keynesiana – Nota del Traductor) para aquellos que no sean avezados conocedores del Marxismo-Leninismo. Puede que sea un reflejo un tanto vago y ligeramente distorsionado, pero para nuestra labor didáctica e introductoria sirve. Empecemos por las diferencias:

-        -  En lo referido a monopolios el modelo liberal y el estalinista difieren a la hora de permitir a los agentes económicos fijar precios. Mientras hoy los liberales prefieren dedicarse a imponer trabas burocráticas y leyes regulatorias, el modelo Stalin socializaba los monopolios siguiendo la enseñanza leninista con el fin último de permitirles asignar un precio eficiente monopolista (para el beneficio ordinario este precio se da en el corte de los ingresos marginales con los costes totales medios – Nota del Traductor).

-       -   El modelo Stalin comprendía la causa del monopolio natural (economías de escala para todos los niveles de la demanda – Nota del Traductor) e impedía la entrada inútil de inversión como pretenden los liberales con sus regulaciones a favor de la libre concurrencia en sectores donde más de una empresa es un malgasto de recursos. Lógicamente los economistas socialistas bajo Stalin conocían de primera mano qué empresas tenían esta condición y permitían en otros sectores con demandas más elásticas e impredecibles (mayor sensibilidad al precio del mismo bien, de otros o de la renta, donde el monopolio rara vez es eficiente – Nota del Traductor) el acceso de cooperativas, autónomos y sociedades laborales. No como los liberales corruptos y sus monopolios privilegiados artificiales a golpe de regulación estatal.

-        -  Al estar socializados los monopolios estos sirven a la clase trabajadora y al campesinado bajo el modelo Stalin, en lugar de formar lobbies políticos burgueses con consecuencias nefandas (léase complejo militar-industrial de las naciones imperialistas – Nota del Traductor). En el ámbito económico esto permitía que el monopolio socialista fuera más eficiente en lo referido a los excedentes del consumidor (en monopolio el excedente del consumidor SIEMPRE es menor al que hay en competencia perfecta, y una parte, la “pérdida o coste social” se pierde y no va ni al monopolista ni al consumidor – Nota del Traductor).

Parece que el modelo de desarrollo Stalin ha dejado su huella en una renovada actitud positiva hacia el ahorro y la austeridad fiscal. Estos logros se ven cada vez más a la hora de la actuación de los Estados burgueses que, alejándose del viejo keynesianismo de posguerra, vuelven a comprender la importancia de valorar los costes de oportunidad de ahorrar poco y consumir excesivamente para prevenir las grandes crisis de deuda que los azotan. Esto, obviamente, otorgó a la URSS de la época una gran capacidad de maniobra y de independencia. Lástima que esto haya tardado tanto en relucir al gran público, pues es una causa muy remarcable del elevado crecimiento de la economía soviética. También lo relativo a la acumulación y a las economías de escala, pues se empieza a asimilar como una ley económica que una gran empresa en un sector estratégico será muchísimo más útil y eficiente que miles de pequeñas empresas compitiendo destructivamente entre ellas. Esto permitió un gran salto en la capacidad productiva y, por tanto, en las condiciones de vida de la clase trabajadora. Quedará en la Historia de la Ciencia Económica cómo la URSS fue capaz de resolver el desplazamiento a lo largo de la curva de opciones tecnológicas en la dirección de la acumulación más eficiente.

Todo esto se aderezaba en su momento, con un modelo fiscal y monetario austero; como se dijo anteriormente. Así pues en la URSS estaba todo regido por el patrón oro, ajeno a los demonios de la inflación y de la pérdida de poder adquisitivo del trabajador con coeficiente de caja al 100 % para evitar la especulación financiera. El tipo de cambio y el mercado de divisas estaban controlados, subordinados al interés popular. Esto permitía préstamos al consumo y a la inversión al 0 %, un dinero especialmente “altruista”. Gracias a esto entre 1929 y 1933 se construyeron alrededor de 1500 grandes empresas industriales, muchas de las cuales eran de ramas totalmente nuevas de las que cabe destacar: maquinaria, herramientas y utensilios industriales, químicos, siderometalurgia, medicamentos, maquinaria agrícola, automoción y bastantes más.

Por último, hablaremos de la aplicación de la empresa privada cooperativa, de trabajadores autónomos, de sociedad laboral o de artel (forma autóctona de cooperativa – Nota del Traductor) a la URSS. En aquellos sectores (mayormente mercancías de uso y consumo) donde la demanda era especialmente elástica y sensible, con fuertes expansiones y contracciones y, por tanto, con incapacidad técnica de planificar eficientemente sin escaseces o sobreproducciones; el estalinismo prefirió aplicar la competencia de empresas donde no se diera la explotación del hombre por el hombre. Fueron increíblemente importantes a pesar de no ser conocidas más allá de los círculos académicos de los países del Este. Cuando Stalin falleció en la Unión Soviética existían un total de 114000 empresas privadas cuya actividad iba desde el sector alimentario y de menaje del hogar a la metalurgia, la joyería y la industria química. Estas empresas eran responsables de cerca del 6 % de la producción industrial bruta de la URSS. Tenían varios millones de trabajadores en forma de socios cooperativistas, laborales o autónomos. Cabe destacar su actuación en sectores como el mueble (40 % de la producción), el menaje del hogar (70 % de la producción), más de un tercio de los géneros de punto y casi todos los juguetes de los niños. Estas empresas disponían de más de un centenar de oficinas de ingeniería y diseño, 22 laboratorios experimentales propios e incluso dos institutos de investigación. Se llegaron a formar varios clúster tecnológicos (concentración industrial de empresas punteras e instituciones científicas sectores relacionados – Nota del Traductor) en grandes ciudades como Moscú, Stalino, Stalingrado, Kíev, Rostov o Leningrado  Por otra parte, operaban un sistema propio de pensiones que era ajeno al estatal. Cabe mencionar que estas empresas hacían préstamos a sus socios para la compra de ganado, herramientas y equipos o la construcción de viviendas. 1

Para comprender la caída de la Unión Soviética con Gorbachov, tenemos que echar la vista atrás a las ya mencionadas reformas de Kosygin y Liebermann y además, vigilar atentamente el desarrollo de los acontecimientos de la Perestroika donde se fueron volviendo lícitas toda clase de actividades perniciosas para la economía, tales como contrabando, sabotaje, tráfico de divisas, especulación, cierres sospechosos de empresas con los más diversos motivos (se cerraban las fábricas para causar desabastecimiento, caso de las 4 de 5 tabacaleras rusas cerradas por un año a finales de los 80’s – Nota del Traductor) que llevaron por un lado a la crisis y por otro al colapso social por las colas del hambre y la inflación.

Por Eduard Potapov, economista ruso.

Traducido por Jesús Adrián Martínez (@FullChus).

     1.   KARA-MURZÁ, Serguey y otros. El Libro Blanco de Rusia. La Reforma Neoliberal

miércoles, 7 de septiembre de 2016

Resolución de Solidaridad del Movimiento Socialista Revolucionario Ruso con los Presos Políticos.

A día de hoy, ocho de nuestros camaradas, activistas de izquierdas; están entre rejas. El endurecimiento de la política interior, que se inició tras la investidura presidencial de mayo de 2012 como parte de la respuesta del Kremlim putleriano a las “disturbios masivos”, adquiere su forma final y actual durante el presente consenso político ruso (consenso autoritario Putin-Rusia Unida-Mdvedev).
Por un lado eran consideradas protestas “maidanistas” incluso las más apolíticas y cualquier descontento social contaba en los cargos judiciales como un intento de “organizar un nuevo Maidan”, con la presencia del deseo subrepticio de fuerzas extranjeras “para hacer explotar la situación”. Por otro lado, se expande el uso de las medidas policiales contra cualquier fuerza política ajena a la “oposición sistémica” (los comunistas por un lado y por otro los liberastas y sus amigos nazis financiados por Soros – Nota del Traductor), incluyendo aislarlos de la protesta social mediante medidas penales.
De acuerdo con nuestras fuentes el número de presos políticos en el país se ha multiplicado por tres si lo comparamos con el año 2000. Muestras de la actividad represiva del Estado burgués putleriano son visibles tales como las sacas de personas de sus casas por la noche, con las detenciones de manifestantes y ciertas desapariciones forzosas al estilo de la guerra sucia.
Desde el Movimiento Socialista Revolucionario de Rusia consideramos que esto es una persecución política en toda regla, cosa que evidencia el miedo de las autoridades a cualquier iniciativa opositora, que es mayormente la de izquierdas. En prisión, o bajo investigación criminal, se cuentan en las cárceles los nombres de diversos socialistas, anarquistas y antifascistas, algunos de los cuales son reputados líderes de la izquierda. Estos líderes tan respetados ganaron su reputación en la participación activa en las protestas de la sociedad civil como parte de los diversos frentes de la lucha de clases.
Cabe mencionar especial mente a Serguey Udaltsov, revolucionario marxista-leninista del Partido Comunista Obrero de Rusia y del Frente Rojo (además de asesorar la campaña electoral del Partido Comunista de la Federación Rusa y de dirigir un despacho de abogados laboralistas). Declaramos a él y a todas y todos nuestros camaradas encarcelados nuestro apoyo incondicional y la confianza en su completa inocencia. Tenemos la esperanza de su pronto regreso a nuestras filas.


VI Congreso del Movimiento Socialista Revolucionario Ruso en Moscú a 9 de mayo de 2016.
Traducido por Jesús Adrián Martínez (@FullChus).

lunes, 2 de mayo de 2016

A los intelectuales europeos con problemas de inteligencia.

Los intelectuales, políticos, periodistas y expertos europeos, aquellos que aparentan estar curtidos en los valores europeos, preocupados por los Derechos Humanos en otras partes del  mundo, que condenan cualquier manifestación de racismo, nacionalismo o autoritarismo; son criminalmente indiferentes a lo que está sucediendo en Europa. La película del documentalista francés Paul Moreira ha dejado clara la posición del pueblo. Una convicción inmediata del autor del documental por el hecho de expresar que lo que sucede en Ucrania no es similar a lo que se cuenta en Europa, ha causado que se convierta en el “propagandista del Kremlin”, acusado de incompetencia profesional y de pereza intelectual.
Si estuviéramos hablando de una envidia hacia sus otros colegas, más exitosos en captar la atención del gran público nos sería de gran dificultad inferir la moral de los periodistas. También da la idea de un simplificado esquema de la relación de este perseguido e incorruptible periodista en comparación con sus corruptos colegas de profesión. El hecho de que los colegas de P. Moreira no se molesten en revisar y calificar cuidadosamente la película, sino que se dediquen a atacar incansablemente al autor nos permite trazar una idea general de la degradación moral de la profesión en estos momentos. Como refutación a las posiciones del documentalista P. Moreira se utilizan argumentos de dudosa calidad como que hay necesidad de diferenciar entre liberales y nazis o que las víctimas de la nefanda masacre de Odessa “se quemaron solas” según las recientes investigaciones de las fuerzas de seguridad de Ucrania. Esto da a entender que los críticos de Paul Moreira se sientan en los acogedores cafés y oficinas de Kiev todo el día o que, por otro lado, comparten las visiones políticas de los ucranianos a favor de la integración europea, que dicho sea de paso, NO admiten disidencia política (Véanse las recientes desapariciones forzadas y las ejecuciones relacionadas con la actividad de paramilitares neonazis de Sector de Derechas) y cuyo único objeto real no es otro que imponer de ideología estatal un nacionalismo radical y agresivo. La posición moral de los críticos del director francés está por encima del bien y del mal, como el retorno de los tiempos de la barbarie en el país. Para las personas que hoy se llaman a sí mismos periodistas profesionales los políticos opositores al régimen de Kiev son hoy criminales, terroristas potenciales y separatistas. Si los colegas periodistas de Paul Moreira aparentaron no ser capaces de analizar adecuadamente la situación actual, al menos podríamos esperar para una visión a posteriori más realista. Pero tampoco hay que ilusionarse pues usaron “mapas cognitivos”, por así decirlo anticuados. La constante recurrencia de los periodistas liberales a la supuesta “conspiración rusa” deja claro y meridiano, por un lado el profesionalismo de estos periodistas y, por otro, las visiones geopolíticas de los bolsillos que les pagan. Sea lo que sea que sucede en Ucrania: crisis financiera y económica, conflictos interétnicos entre nacionalistas ucranianos y persona que no comparten ese sentir nacional en Donbass y otras partes del país o el aumento de la violencia política de paramilitares nacionalistas radicales en las calles de Ucrania para estos periodistas es culpa de los rusos que dañan y sabotean la economía, causan la violencia o animan al separatismo, destruyendo así el sueño europeo de “libertad y progreso” que será la Ucrania de la UE.
El periodista Paul Moreira, guiado siempre por la ética y la deontología profesionales, hace un diagnóstico cuidadoso del estado de la sociedad ucraniana: locura colectiva, xenofobia, señalamientos a supuestos “enemigos” internos y externos, los despidos masivos y la crisis económica por la inestabilidad política. Estos acontecimientos son negados o ignorados, en el mejor de los casos, de forma cerril; así surge una paradoja: otorgar muestras de solidaridad con el pueblo ucraniano e ignorar a aquellos damnificados por la política del régimen actual.
Las sagaces críticas del periodista se adhieren al añejo y abstracto conflicto entre los “europeos” (colectivo a favor de la integración ucraniana en la UE y tratada en artículos anteriores de esta misma autora – Nota del Traductor) y los “moscovitas” (los que rechazan este proyecto de integración, la contraparte de los anteriores – Nota del Traductor). La incapacidad de los periodistas occidentales de entender esta situación tan trágica de “complaciente” división en la sociedad ucraniana entre unos “nativos” dignos de todo lo mejor y otros “extranjeros” causantes de todos los males por su oposición política y sus sentimientos nacionales, considerados indignos de ser calificados personas civilizadas.
La muestra del criticismo, entonces, es que Paul Moreira es un “propagandista pro-kremlim de Rusia”. La visión de Ucrania promovida por espectadores críticos de P. Moreira de un pueblo sufridor con confianza en el futuro europeo. En realidad, se le niega al pueblo ucraniano el derecho de imponer su soberanía y de completar sus objetivos. Renace una caracterización casi enfermiza de los enemigos del régimen de Kiev a los que se les atribuye características diabólicas exclusivas para ellos, la “conspiración rusa-comunista-judía-criminal. Es más, el clamor de que Ucrania hace suyos los ideales liberales como un todo distorsiona la visión de los periodistas ostensiblemente “objetivos”, lo que hace que no perciban que en este “liberalismo” se concentra la rusofobia, lo que hace que no sea de izquierdas. Uno puede engañarse a sí mismo y a su audiencia con argumentos como el imperialismo ruso, las amenazas del régimen de Putin a la soberanía ucraniana que es parte integrante ahora del “civilizado mundo europeo”. Sin embargo, no se puede inspirar fe en la audiencia en base al pacto histórico entre los campeones occidentales de la libertad y la solidaridad europea y el “pueblo ucraniano elegido”.
Podemos llegar a la conclusión de que los críticos de Paul Moreira mostraron un sorprendente ejemplo de pereza intelectual y de irresponsabilidad profesional, cuando se atreven a aseverar que la sociedad ucraniana “ha dado un importante paso en el sendero de la democracia y la prosperidad”. La ironía de esta silenciosa transacción es que los periodistas están listos para reconocer la intolerancia hacia la disidencia política en Ucrania a cambio del derecho de mostrar desacuerdo con la política de ultra-liberalismo en Europa. La formulación de su posición se convierte en una señal clara de una moderna élite intelectual  en estado de máximo confort y narcisismo mientras que la mayoría de los europeos tiene que soportar las consecuencias de las políticas imprudentes y dependientes de los grandes poderes fácticos, ya sea la deuda, la crisis o la inmigración masiva.
Alena Ageeva, coordinadora del equipo de acción social creativa “South East Star”.

Traducido por Jesús Adrián Martínez (@FullChus), militante de UJCE.

Es hora de quitarse las máscaras

En la moderna historia ucraniana hay algunas fechas que serán recordadas por décadas. Los eventos ocurridos el 2 de mayo de 2014 en Odessa estaban marcados con los signos de la tragedia, la villanía y la hipocresía. La tragedia para aquellos que fueron víctimas de las muchedumbres de furiosos nacionalistas, incitados por los políticos de Kiev. Hipocresía de las élites políticas occidentales, que estaban hablando sobre las pesadillas del régimen corrupto de Yanukovych, pero que evaluaban de forma amable las acciones de las nuevas autoridades de Kiev.
Los eventos de Odessa son la continuación lógica del Maidan de Kiev, donde las masas liderados por militantes nacionalistas avezados dispararon a agentes de la ley, pero repitieron de forma ruidosa su amor sacrificado por la paz. La masa en donde las vidas de los individuos se dieron a la carnicería como “mártires” de la revolución nacional. Odessa, a diferencia de Kiev, se convirtió en el centro de resistencia de Nueva Rusia. Los habitantes de Odessa, una ciudad multinacional con tradición de paz y de respeto mutuo, no percibieron como algo bueno la retórica de ucranización forzada de las nuevas autoridades y se dieron cuenta de que bajo las frases grandilocuentes sobre la elección europea de Ucrania, se escondía un golpe de Estado anticonstitucional, que llevó al poder a autoridades conocidas por su aventurismo político que eran apoyadas y mantenidas desde Washington.
En Odessa, en esos días difíciles se sintió una oposición abierta al proyecto americano de “Ucrania”. Los residentes de Odessa no podían aceptar los términos del rol de la nueva base de la Marina estadounidense en la ciudad, como puerto colonial convertido en centro para el desarrollo del nuevo lago interno estadounidense del Mar Negro. La cronología de los eventos de aquellos días en el sanguinario escenario de Odessa sugiere que sus autores tenían un doble objetivo: disipar la resistencia del movimiento Anti-Maidan mostrando así al resto de Ucrania la faz de su nueva “democracia” y, por el otro lado, mostrar la experiencia que ofrece la posibilidad de probar técnicas neofascistas de grupos paramilitares de hooligans futbolísticos y de ultranacionalistas asociados a Partidos conocidos por su nacionalismo y su racismo. La razón formal de estos acontecimientos según las permisivas autoridades ucranianas es la aparición de autodefensas adjuntas al movimiento Anti-Maidan, los “escuadrones de Odessa”. Pero de forma característica el resultado de estos choques, que incluían a personas que se llamaban a sí mismas “defensores de la unidad ucraniana” y “prorusos” era la muerde de personas inocentes de a tercera edad, mujeres o niños que tomaron parte en manifestaciones pacíficas y que tuvieron que defenderse, literalmente, con sus manos desnudas. Los ultras armados no sólo derrotaron a los activistas del campamento del campo de Kulikovo, sino que los peores acontecimientos sucedieron en la Casa de los Sindicados, donde debido a los excesos de los nacionalistas ucranianos 48 personas fueron asesinadas según la versión oficial de las autoridades de Kiev. A pesar de lo anterior, los informes de testigos oculares hablan de un número de víctimas mayor a las cien personas.
Uno puede discutir sobre los detalles del incidente, pero los resultados principales es que los eventos de Odessa se convirtieron en el prólogo de una represión sin cuartel contra todos aquellos que no estuvieran de acuerdo con el nuevo Gobierno (mayormente asesinatos de militantes comunistas y sindicales asociados al KPU – Partido Comunista de Ucrania, con más de 100 desapariciones reportadas y unas cuantas decenas de muertos según Sputnik.ru – Nota del Traductor). Odessa finalmente ha disipado la ilusión de una “revolución digna”, no violenta y pacífica supuestamente ocurrida en Ucrania. La gran mayoría de los ciudadanos de Donbass y Crimea han experimentado el horror y la indignación cuando fueron testigos de la Masacre de Odessa. Esto minó la fe en cualquier posibilidad de parlamentar de forma diplomática y pacífica con las autoridades ucranianas.
Tras Odessa los nacionalistas cogieron gusto a destruir monumentos históricos (tumbar monumentos en recuerdo de la Gran Guerra Patria, de Lenin y Stalin o de cualquier cosa relativa a la URSS con apoyo de la “descomunización” del Gobierno – Nota del Traductor) y a armar disturbios, dónde no sólo apalizan a opositores, sino a cualquiera que se atreva a manifestarse. Lo sucedido en Odessa muestra la obvia connivencia entre las autoridades de Kiev y sus “tropas de combate” paramilitar, inspiradas en la idea de dar la impunidad a todos los actos cometidos “en nombre de la nación ucraniana” y que instigaron el miedo y la consternación a millones de personas para las cuales queda claro que no importan los pecados del nuevo Gobierno, que encuentran la indulgencia en los países extranjeros de la UE y de EEUU. Como prueba, la investigación de los eventos de Odessa no ha empezado, y los “verdaderos héroes”, en particular, el jefe de la Rada (Parlamento ucraniano – Nota del Traductor), Parubiy no sólo fueron absueltos por su impunidad, sino que incluso hicieron una exitosa carrera política.
Para los patrones de las autoridades ucranianas es claro que no es beneficioso para el público europeo conocer la verdad sobre lo acontecido en Odessa. No hay sólo vivas a la imagen de la nueva Ucrania, sino que se crea el precedente de perseguir a aquellos que se “preocupan” del destinos de los refugiados sirios, que lanzan mentiras sobre el supuesto maltrato a la población de la Crimea “ocupada”, pero que evitan cuidadosamente el hecho de que en la “nueva” Ucrania muere o desaparece gente y de que la mayoría de los llamados “batallones de voluntarios”, esos grupos paramilitares neonazis, se forman con una gran mayoría del personal con antecedentes criminales. Así pues, es obvio que la moderna Ucrania está en una psicosis derivada de una vorágine de corrupción y de militarización de la sociedad.
Los “activistas europeos” de Ucrania plantearon fuerzas de asalto en ciudades europeas bajo la bandera amarilla-azul (colores de la bandera  moderna de Ucrania – Nota del Traductor), preparan acciones teatrales con las gentes “subyugadas por la agresión rusa” y, de forma obscena, persisten en su petición del derecho para ser europeos. Pero aún sigue abierta otra sencilla cuestión: ¿cómo un país que busca la membresía en una civilizada Unión Europea anima al asesinato y persecución contra aquellos que tienen derecho a tener sus propias ideas, aquellos que merecen un mínimo de comprensión y que requieren la investigación de la tragedia de Odessa como reparación?. Nos viene a la mente las palabras del patriota checo Y. Fucik, ejecutado por los hitleristas: “¡Pueblo, estén atentos!”. Ciertamente, la opinión pública europea debería investigar de manera cuidadosa las intenciones de los que hablan de la elección europea ucraniana, pero que en realidad profesan las ideologías del odio y del oscurantismo. Aquellos que están en las plazas de las ciudades europeas y en la audiencia pública intentando hablar de la adhesión dificultosa pero decida de Ucrania a los valores e ideales europeos, y en sus propios países son absolutamente indiferentes del destino del pueblo sufriendo de pobreza e injusticia y de la gente necesitada de mantener sus derechos sociales y políticos.
Alena Ageeva, coordinadora del equipo de acción social creativa “South East Star”.
Traducido por Jesús Adrián Martínez (@FullChus), militante de UJCE.


martes, 26 de enero de 2016

Sobre la situación actual en Ukraine, artículo del grupo de izquierdas South-East Star

Dentro de mis labores en el movimiento comunista como enlace con camaradas rusos les presento una traducción de un excelso artículo del grupo South-East Star.

"Sobre la situación actual en Ukraine"

Los eventos sucedidos en los últimos años en Europa muestran que los residentes del Viejo Mundo se enfrentan a bastantes dificultades para las cuales simplemente nos estaban preparados – son dificultades económicas y problemas causados por el incremento de inmigrantes del Medio Oriente y de Norte de África. Sin embargo, no deberíamos olvidar otro problema, el de Ukraine, que es como una herida sangrante en el cuerpo que es Europa, que en el futuro cercano se puede convertir en una pesada carga económica y social para sus residentes.
Si recuerdan los recientes desarrollos de los sucesos políticos en Ukraine – la gente de los países europeos (sobre todo en los países occidentales – Nota del Traductor) ha sido bombardeada activamente con propaganda mostrando la feliz imagen del impulso unido del pueblo ucraniano para derribar el corrupto y odiado régimen pro-ruso y abrir camino a los valores europeos y la democracia. Ciertamente, había un montón de gente en el Maidan, que llegó allí influida por sinceros sentimientos de resentimiento relativos a la corrupción de las filas de la burocracia, la falta de claridad del sistema político y la simulación de instituciones democráticas durante el “reinado” de Viktor Yanukovych. No obstante, como muestra la Historia, los frutos de las revoluciones populares normalmente son utilizados por “infiltrados y canallas” como sucedió entonces en Ukraine. Si mira más de cerca a los eventos de los últimos dos años; es claro que ahora Ukraine está más alejada que nunca de los estándares políticos y jurídicos europeos comparados con el periodo del Presidente Viktor Yanukovych y su “democracia dirigida”.
El grupo que tomó el poder tras la Revolución anticonstitucional dirigido por Poroshenko, Yatseniuk y Klitschkó usó la reconocida retórica popular de la lucha contra la corrupción y los oligarcas junto a posiciones antirusas y antinacionalistas. Las disputas entre Rusia y Occidente son muy populares entre los residentes de Ukraine oeste. De hecho, este grupo de individuos fue guiado por sus propios intereses, en primer lugar. Por ejemplo, el actual Presidente de Ukraine Petro Poroshenko inició su negocio chocolatero en cercana cooperación con el régimen Yanukovych y antes de los sucesos del Maidan no había sido visto apoyando a la oposición. Poroshenko apareció ante el cansado país como un político responsable a pesar de los conocidos casos de soborno de rivales políticos (o encarcelación y asesinatos en el caso de los militantes comunistas) y el uso de su PROPIO canal de televisión (“5 Kanal” o Canal 5 en español – Nota del Traductor) mientras ascendía por el Olimpo político. Los votantes ucranianos que atendieron a las primeras elecciones presidenciales post-revolucionarios le confiaron el voto influenciados por el hecho de que a diferencia de otros candidatos percibidos como nacionalistas o radicales, Poroshenko era considerado como un líder capaz de sobreponerse a los conflictos de índole política de la sociedad ucraniana, poner en marcha verdaderas reformas políticas como descentralizar el país, desarrollar la democracia participativa y proteger los derechos y libertades de la ciudadanía.
Si quiere resumir el desarrollo político de Ukraine durante la presidencia de Petro Poroshenko primeramente hay que decir que el país es una pseudodemocracia con debates televisivos electoralistas y manifestaciones de partidos radicales. Hay una realidad política que consiste en la persecución y asesinato de los disidentes (asesinato sin resolver del bloguero opositor O. Buzina, un reconocido defensor de la identidad rusa y pequeño rusa – entre otros casos de asesinatos de ciudadanos pro-rusos o comunistas), la destrucción de la verdadera oposición política (los partidos y sindicatos comunistas recientemente ilegalizados) y la discriminación de base cultural, lingüística y/o religiosa. La élite política ucraniana clama constantemente la necesidad de ayudar a la “democrática Ukraine”, una víctima de la agresión rusa e intenta crear la imagen de Ukraine como bastión de los valores democráticos europeos.
Al mismo tiempo, uno puede cuestionarse si son compatibles con los valores europeos los ataques contra civiles en Donbass, el bloqueo energético y alimentario de Crimea, la persecución de curas ortodoxos por “Sector Derecho” o la presión sobre las minorías húngara y rutena que persiguen llegar a los acuerdos de corte europeo sobre derechos de las minorías. Los políticos ucranianos utilizan argumentos fraudulentos, mienten a la comunidad europea cuando declaran que los asesinatos políticos y las violaciones de Derechos Humanos en Ukraine son resultado de la actividad de los servicios de seguridad rusos o de incontrolables radicales pertenecientes a organizaciones fascistas o semi-fascistas.
Al mismo tiempo, se ha encubierto que el gobierno ucraniano es neutral a la xenofobia y a la homofobia en la sociedad ucraniana. A pesar de la adopción de mejoras en la legislación vigente por parte del Parlamento ucraniano, se le niega el contrato o se restringe la actividad civil a personas sospechosas de pertenecer a una minoría sexual; en el país se anima al antisemitismo, continúan las políticas de ucranización forzosa y los intentos de llevar a la sociedad civil bajo el control del Estado.
Hay varios hechos que señalar: como esa cosa obstinada en la moderna Ukraine, llevar a cabo la revisión de la propia Historia silenciando y negando la participación en el genocidio de los judíos y de la población gitana (UPA y OUN grupos terrorista y guerrilleros ukronazis temporalmente aliado con los nazis en forma de batallones de las SS – nota del traductor) de aquellos que son reconocidos oficialmente como “héroes de la independencia nacional”. Constantemente se habla de los efectos de la “ocupación rusa”, los políticos ucranianos se niegan a aceptar la experiencia de la estadidad ganada durante el “periodo ruso” (URSS – nota del traductor) al igual que el reconocimiento incondicional ruso del Acta de Independencia de Ukraine, la tragedia de Donbass sería imposible si las fuerzas que llegaron al poder en Kiev hubieran garantizado derechos a los rusos étnicos y hablantes de ruso. En el mismo grado los políticos ucranianos han sido responsables del problema de Crimea. En el periodo de independencia, los políticos de Kiev han continuado consecuentemente con una política de privación de la autonomía de Crimea, con conflictos artificiales entre la población rusa y tártara de Crimea. Al contrario, se ha animado el radicalismo islámico: como resultado un cuarto de la población joven de crimeanos tártaros están adheridos al Islam radical. Actualmente se ha fortalecido de forma legal impacto de la organización radical islamista "Hizb-ut-Tahrir" en Ukraine, prohibida en muchos países del mundo, incluidos de mayoría musulmana. Esta organización distribuye sus filiales por Ukraine y puede suponer una fuente de tensión política con la actual ola de inmigración a Europa debido al régimen libre de visados y escaso control de la inmigración que tiene el país.
Las autoridades ucranianas no paran de realizar las más viles provocaciones políticas y de distraer al público europeo de los verdaderos resultados de los procesos políticos en Ukraine, contradiciendo el espíritu y la línea de los valores europeos.
Haciendo especulaciones de la tragedia con el “Boeing”  (avión estrellado en el Este de Ukraine cuyo derribo no ha sido todavía aclarado) ocurrida en los cielos de Ukraine, básicamente no haciendo nada para resolver los presentes problemas políticos, están claramente interesados en la continuación del conflicto en Donbass y en dar lo mejor de sí para causar sentimientos negativos por parte de la población de Crimea contra Ukraine y su sociedad.

Ahora varios países europeos, mayormente Países Bajos están discutiendo la firma de un tratado entre la Unión Europea y Ukraine. A la vista de esto, la gente de estos países debería prestar atención a la política de persecución de los disidentes en Ukraine, el freno y bloqueo de las iniciativas democráticas contra el control de los oligarcas y el deseo de poner el Estado bajo el control de la sociedad civil. Y finalmente, un verdadero cumplimiento de las normas y valores europeos de la vida política en Ukraine.