La opinión pública de los países
europeos se ha endurecido y, en cierta medida, se ha introducido con éxito la
imagen de Rusia como la de un país agresor. A la luz de los eventos acaecidos
en el espacio postsoviético, los medios de comunicación europeos consideran de
“buena forma” la retórica antirusa. Al mismo tiempo, se suelen mostrar reacios
a aplicar a los hechos el trabajo de periodistas, politólogos, analistas que
literalmente se “chupan” el dedo con especulaciones acerca de las “ambiciones
imperiales rusas” aprovechando el delicado tema de las relaciones entre los
pueblos de la vieja URSS.
Grupos etnolingüísticos del Cáucaso |
En 2008 se lanzó una campaña de
propaganda acerca de la supuesta agresión rusa a la joven democracia georgiana
“para anexar sus ancestrales territorios”. Aquellos que pretenden ser los
líderes de pensamiento del público europeo, identificaban públicamente su credo
civil y político – siendo éste capaz de suministrar la información más objetiva
y completa, para así evitar meterse en problemas y mantener este hábito como
una cualidad profesional sin enredarse en conseguir el conocimiento histórico
básico para comprender la actual situación. En tres meses, se ha discutido en
varios medios sobre la hostilidad rusa a la democracia y a la independencia, y
esto a pesar de que cada autor ha desplegado cualidades asombrosas a la hora de
escribir de forma apologética sobre la supuesta “política de ocupación rusa” en
reportajes, análisis y otros soportes, que no son más que citas de resúmenes de
agresivos medios sensacionalistas georgianos sobre “la naturaleza imperial del
Estado ruso y, por lo tanto, inmutable y secular en el compromiso de una
política exterior violenta”, completamente ausentes de cualquier intento de
análisis coherentes. Pues bien, los fundamentos de la divulgación de la Ciencia Política y de la Historia están en blanco para el propósito que nos ocupa y para cualquier conflicto hemos de comprender las tensiones que lo causaron, las motivaciones de los participantes y el trasfondo político nacional e internacional.
Pero todo tiene sus razones. La
instalación emotiva de la mentalidad de los “buscadores de la verdad”
occidentales – defensores de la verdadera democracia, simplemente no nos
permiten cambiar nuestra historia reciente. Bien, con ideas reales no contenidas
en objetivos que les son asignados por sus superiores para pasar por alto los
motivos reales de las partes contendientes. De otra forma, tras estos,
argumentos tan cuidadosamente compilados se hundirían por su propio peso las
verdades de estos guerreros de la justicia social occidentales.
La situación en Georgia a día de hoy. Los Presidentes están desactualizados. |
Y en los terrenos que son objeto
de nuestro análisis se han acumulado por muchos años las historias de los
pueblos de Abjasia y Osetia del Sur que estaban sujetos a las amenazas y la
opresión de las autoridades georgianas por periodos diferentes de tiempo, sin
ser ésta la causa única del deseo de anexión a Rusia. Todas estas causas
trataban sobre los sucesos que acontecieron hace una década en las oficinas del
Gobierno en Tiflis como parte de un plan recalcitrante de deportación y
sustitución étnica de la población para eliminar el malestar civil. Los
mandatarios de Georgia han intentado presentar a su nación, durante todos y
cada uno de los años precedentes, como una isla de la civilización cristiana
europea, erguida en nombre de los principios de la verdadera democracia liberal
y luchando, al mismo tiempo; contra sus propias características remanentes del
clan de naciones caucasianas a diferencia de sus hermanas, librándose así de
parte de la anquilosada vieja élite oligárquica. El país, entonces y ahora
repite asiduamente que su joven pueblo independiente y susceptible lo es
gracias a los viejos Príncipes georgianos que para más inri iniciaron la labor “que
retoman tras el control comunista” de civilizar a los “salvajes” pueblos de las
montañas del Cáucaso (los osetios y los abjasios – Nota del Traductor)
embarcándolos en el sendero de la adopción del desarrollo de la civilizada
cultura georgiana y forzándolos a salir de sus cloacas medievales. De acuerdo a
las nociones (erróneas, lógicamente) de la comunidad de historiadores
georgianos, los osetios y los abjasios ni siquiera llegaron a disponer de los
elementos más rudimentarios de la existencia del Estado como justicia o educación,
“justificando” de esta manera basada en tesis falaces y racistas su actual labor
colonizadora. Los nuevos argumentos, madurados en parte, por los ya mencionados
historiadores; es que el Imperio Ruso tras tres siglos de ocupación y política
de colonización (Georgia, Abjasia y Osetia entran en Rusia en el siglo XVIII –
Nota del Traductor) persiguiendo cruelmente a la aristocracia y a la clase
intelectual del país (A pesar de que es conocido por todos el papel que jugó
para la nación rusa y para su patria el gran general Príncipe de Bagration que,
junto a otros militares georgianos, se convirtió famoso durante las guerras
napoleónicas) pueden ser refutados a manos del estudiante medio de Historia, o
hasta de un escolar, sin necesitar evaluar por mucho tiempo estas mentiras
demenciales. Pero si vamos a repasar archivos e historiadores podemos prestar
atención a que la procedencia étnica de la élite nobiliaria y real de Georgia
provenía de los pueblos osetio y abjasio, esto da lugar a una imagen desoladora
y deprimente para los ultranacionalistas georgianos. Desde el siglo XVIII,
desde la anexión forzada de Osetia del Sur y de Abjasia en Georgia, se ha
llevado a cabo la política asimiladora de la población local, la “georgización”
– perseguida hasta con el cambio de la nómina de asentamientos, ciudades,
nombres de personalidades, etc. Incluso se llegó a la prohibición de la lengua
y la cultura nativa de estos pueblos, junto al establecimiento de dobles
estándares en las esferas social y económica de la vida en estos territorios,
esto les ha dejado un paso atrás en desarrollo que ha permitido a Georgia
crecer a su costa – cualquier defensor moderno de los Derechos Humanos llamaría
a esto “discriminación combinada con violencia étnica”.
Mapa ilustrativo sobre las culturas, naciones y etnias del Cáucaso con reseñas históricas y territorios independentistas. |
En otras palabras, la misma Georgia,
ha hecho el papel de colonizador interno con respecto a los abjasios y a los
osetios explotando sin piedad sus recursos naturales, ocupando las mejores
porciones de su tierra y complaciendo a la élite georgiana con regulaciones
para proscribir las culturas autóctonas. Los abjasios y los osetios han estado
largo tiempo alejados de los compatriotas georgianos, no se les ha proveído la
atención social y cultural adecuada. La única manera de acabar con el suplicio,
era “romper” con tu gente, tus raíces, tu cultura y tu identidad; haciéndose
así un georgiano más.
Mapa de la Guerra de Osetia del Sur de 2008 |
Tras un desarrollo orgánico de
los países caucásicos en igualdad y armonía durante la era socialista, con el
colapso de la URSS; llega el régimen ultranacionalista de Zviad Gamsakhurdia.
La intelectualidad georgiana juntos a la nueva casta política empiezan con una
privación de los derechos y de la soberanía que los osetios y los abjasios
tuvieron como Repúblicas Socialistas Autónomas. En Abjasia, la Guerra Civil,
encabezada por viejos militares georgianos se saldó con acciones de crueldad
inusitada para doblegar a la población local. Igualmente sucedió en Osetia del
Sur, donde se dieron los grandes embates entre tropas regulares y grupos
paramilitares rebeldes. Con bombardeos nocturnos en la ciudad de Tskhinvali. La
guerra se saldó con decenas de miles de muertos en la región, una de cada tres
personas pereció en el conflicto y las antes florecientes poblaciones fueron
reducidas a escombreras. A pesar de no preponderar en soldadesca, equipamiento
militar y sin olvidar mencionar el apoyo de la belicista OTAN y sus estructuras
internacionales a Georgia, los pueblos valientes e irredentos de Abjasia y
Osetia del Sur se las arreglaron para expulsar al invasor de sus tierras
nativas. Estos pueblos establecieron sendas milicias y grupos armados para
defender a sus familias y hogares.
Hablamos y defendemos de forma
consistente y lógica el derecho de las gentes trabajadoras y patriotas de
Abjasia y Osetia del Sur en la vía del desarrollo, la autodeterminación y la
plena libertad; en este caso la nación rusa que siempre ha mantenido una
entrañable hermandad para con estos pueblos sólo cumple su función histórica de
misión humanitaria para prevenir el genocidio. Nunca, mientras estábamos en los
momentos posteriores a la victoria de Abjasia y Osetia se ha oído hablar de la
anexión a Rusia. Ni a los rusos, que se mantuvieron silenciosos frente a la
oleada propagandística occidental, ni a los abjasios y osetios sureños,
interesados en estos menesteres. La posición rusa se debe resumir en mantenerse
en perfil bajo para asegurar un desarrollo favorable de los hechos que permita
mantener la solidaridad internacional entre los pueblos y arreglar las
rencillas entre las naciones. Pero en la situación actual, con unas “Fuerzas
Armadas” georgianas radicalizadas e instigadas por su estudio de la política
exterior estadounidense, que pretenden nada más y nada menos que el ataque y la
provocación para hacer de Abjasia y Osetia tierra quemada que colonizar; Rusia,
el país vecino poderoso no puede intervenir por las necias políticas
putlerianas y, en cambio, teme alterar el equilibrio defendiendo a naciones
hermanas y a poblaciones civiles expuestas a la agresión bárbara georgiana.
Mapa de la pequeña República de Abjasia con sus principales ciudades destacadas. |
La situación en Abjasia, donde
ahora la autoproclamada “oposición liberal”, generosamente financiada desde “fundaciones
y centros de pensamiento demócratas y globalistas” asociados con las
estructuras de espionaje y subversión de la OTAN, es una continuación más de la
mezquina agresión contra estas gentes de Abjasia y Osetia del Sur. Obviamente,
esta oposición está la posición de títeres de los poderes fácticos
internacionales con un doble objetivo:
1- Revanchista:
destruir la pacífica y fructífera cooperación con Rusia, que durante tanto
tiempo les ha servido de garante de la paz para hacer a Abjasia débil e
indefensa frente a la próxima agresión militar gracias al caos que provocarán.
2- Geopolíticos:
otorgar a EEUU un generoso regalo, el sueño de disponer de su superioridad
militar en la misma frontera del territorio ruso, bases navales fortificadas
incluidas. Este intento norteamericano tan bien planificado de expandir por el
Sur del Cáucaso golpes de Estado, a través de una vasta red de organizaciones
sociales fraudulentas financiadas por los Departamentos de Inteligencia
(podemos destacar USAID, NED, International Alert) en las repúblicas del
Cáucaso a modo de opositores y disidentes con claras miras de desestabilización
y destrucción de regímenes políticos legítimos.
El público europeo debe
comprender que el “juego político”, llamado en los círculos influyentes y
oficiales “preservación de la integridad territorial de Georgia” y “protección de
la democracia Georgiana en Abjasia” no tiene nada que ver con los verdaderos
valores de libertad, democracia y respeto de una nación para con la otra.
Europa se arriesga de nuevo a ser cómplice de Estados Unidos en otro conflicto
sangriento desencadenado por los generales y altos cargos del Pentágono con el
objetivo demencial de mantener la dominación global en un mundo tendente a la
multipolaridad.
Ahora que las naciones europeas
tienen que cosechar los frutos amargos del predominio de Bruselas como maestro
y director de la política internacional bajo el vector estadounidense con las
demenciales políticas norteamericanas de “democratización” del mundo árabe con
inmensas oleadas inmigrantes musulmanes que a priori no se pueden integrar en
la vida y la cultura europeas, forzando la creación de enclaves violentos en las
ciudades, con terrorismo y violencias fronterizas quizás reconsideren aceptar
el mismo “regalo” que los estadounidenses intentan darles en el volátil espacio
postsoviético.
Alena Ageeva, coordinadora del
equipo de acción social creativa “South East Star”.
Traducido al español por Jesús Adrián
Martínez (@FullChus), militante de UJCE.